Me encanta enseñar a personas de todas las edades!
Tener alumnos que están en distintas etapas vitales supone para mí como docente,
retos pedagógicos diversos y desafíos creativos muy lindos.
Y no hay nada más sabroso que disfrutar de lo que una hace!:)
Ahora bien, la más de las veces, cuando un nuevo alumno viene a clase…
Llega un iceberg! que quiere aprender a tocar el piano.
Sí, así de interesante, de grande y de profundo.
El iceberg puede
tener 7 años ó 53 ó 17 ó 71
querer aprender en español o en inglés
desear aprender los grandes clásicos o quizás tan sólo quiera tocar los temas musicales de sus películas favoritas
haber aprendido algo cuando chico, o puede no haberse acercado nunca a un piano...
La parte del iceberg “sobre el nivel del mar” es la que llega puntual a la clase y está deseoso de aprender. La parte que está “bajo el nivel del mar”, la que no se ve, es un montón de juicios –a veces muy negativos-- sobre sus propias capacidades o posibilidades de realmente llegar a hacer lo que tanto desea. Está llena de miedos por descubrir y vencer.
Pero, también under the sea hay
una persona maravillosa y única
un ser musical por naturaleza, esto es, por derecho propio
un océano de maneras de percibir y expresar la música
una persona que se atreve y se permite hacer algo con lo que por mucho tiempo soñó
una montaña de capacidades, destrezas y dones
alguien que siente y entiende, muy a su manera, la música como vía de expresión y disfrute
y mucho más! (porque, como sabemos, la parte mayor del iceberg siempre está bajo el agua…)
Entonces, muchos días, mi labor como docente consiste en sumergirme profundo, para acompañar a traer a la cálida superficie del teclado, a ese ser musical y maravilloso que eligió ser mi alumn@ y que quiere, quiere tanto, aprender y hacer música!:)
FOTO: el pianista italiano Federico Einaudi interpreta su "Elegía por el Artico", en una acción de concientización con Green Peace, sobre las consecuencias del cambio climático.
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